El Big Data y la banca

El Big Data y la banca

El objetivo de cualquier servicio es ofrecer a sus clientes un producto adecuado a las características que pueda buscar o que todavía no sepa que lo necesita. Por ello, las entidades financieras han encontrado a través de la tecnología Big Data un filón para ser más eficientes respecto al usuario y una manera para desmarcarse de la competencia.

Big Data al servicio de la Banca

Prevenir, ofrecer, identificar o anticiparse a un fraude o seleccionar las carteras más rentables, así puede la banca mejorar sus servicios con el análisis de datos.

El nivel de madurez digital en la banca española que cuentan con iniciativas en marcha relacionadas con el Big Data y el análisis de datos, ronda 75% de su plenitud.

Según David Sáez, Coordinador del Máster en Big Data “De momento, son los grandes bancos los que han apostado por el Big Data, aunque ya existen algunas entidades medianas que empiezan a modificar sus estructuras porque la toma de decisiones basadas en datos es un nuevo paradigma que está impulsando el sector financiero poco a poco”.

Todos sabemos que los datos están considerados como la nueva gasolina del siglo XXI y en concretos los datos bancarios son extraordinariamente ricos, variados y aportan un gran valor para cualquier entidad financiera, pero el problema reside ahora en encontrar a los encargados de filtrar esa información, ya que el perfil Data Scientist en el mercado escasea.

El sector financiero es consciente de la envergadura de los datos, pero esa falta de perfiles especializados en analítica es su preocupación máxima. Requieren profesionales dedicados al análisis y explotación de los datos, con posiciones especializadas en Big Data, Business Intelligence y Machine Learning que les es difícil de localizar.

Se estima que la brecha entre la oferta y la demanda de especialistas ronda el 50% y esto se debe a la escasa formación en Big Data que actualmente existe en España.

En definitiva, el cambio de las entidades financieras hacia la era de los datos supone una transformación a marchas forzadas que acompañado de la ciberseguridad supondría un gran incremento en su rentabilidad. 

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